Gramática T’ang
Artículo
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Enigma / Este pequeño libro trata de cierto tipo de juego en particular. Un juego que, como escribe Georges Perec en un brillante texto, consiste en “un arte breve, un arte de poca entidad, contenido todo él en una elemental enseñanza de Gestaltheorie”. Perec afirma que en un rompecabezas cada objeto considerado “(...) no es una suma de elementos que haya que aislar y analizar primero, sino un conjunto, es decir una forma, una estructura: el elemento no preexiste al conjunto (...) sino el conjunto el que determina los elementos: el conocimiento del todo y de sus leyes, del conjunto y su estructura, no se puede deducir del conocimiento separado de las partes que lo componen”.
Tangram / La operatoria del puzzle occidental es invariable. Y para quien los diseñe, el proceso consistirá en establecer la relación entre el tamaño de las piezas y la imagen original (o sea: mayor o menor cantidad de piezas) y elegir de una imagen que posea más o menos elementos que resulten visualmente pregnantes (lo que supone mayor o menor grado de dificultad en el reconocimiento de la relación parte-todo).
El tangram chino es, también, un puzzle, pero posee características diferentes a las de los puzzles occidentales. El número de piezas es invariable y se origina en la división de un cuadrado en siete formas base. El juego consiste en reconstruir figuras geométricas utilizando siempre la totalidad de esas siete formas base. Este dispositivo lúdico es conocido en China como “el juego de las siete astucias o “el cuadrado de la inteligencia”.
Es frecuente que a través del juego del rompecabezas —o puzzle, palabra inglesa que significa enigma— un niño aprenda a diferenciar formas primarias básicas a los dos o tres años. A los cuatro o cinco, otros puzzles, más complicados, lo enfrentarán con la posibilidad de reconstruir una imagen más o menos sencilla partiendo de una cantidad variable de piezas (pequeños elementos equivalentes).
Imperio de los signos / Salvando la inevitable distancia entre imagen y palabra que establece occidente hemos decidido incluir en esta publicación una serie de pequeñas perlas de la poesía china clásica y agregar un apéndice (un antiguo texto del poeta Lu Ki) acerca de los modos de configuración en la poesía (entendemos que, a su modo, las imágenes que presentamos no son más ni menos que poesías visuales).
De uno de los más grandes poetas de la China, Wang Wei, dijo Su-Tsong-Po: “Al leer sus poemas, descubro un cuadro y al contemplar sus cuadros, descubro un poema. Efectivamente, en el ideograma oriental queda abolida la distancia entre imagen y palabra. Para Barthes, la escritura “apela al dibujo, a la marquetería ideográfica dispersa por toda la página, en una palabra, al espacio”. Constituye un arte gráfico —y no el del simple trabajo estético sobre la letra aislada, sino “una genuina abolición del signo, su vigorosa puesta en fuga en todas las direcciones de la página”.
La escritura china parte del gesto que la crea, y entonces cada término-imagen, aún siendo único —como cada configuración del tangram resulta singular—multiplica su sentido. Por ejemplo, el ideograma Wan —que es utilizado para aquellos juegos que prohiben la prisa (sic) y exigen reflexión— “designa en esencia toda clase de ocupaciones semimaquinales que dejan al espíritu distraído y vagabundo, ciertos juegos complejos que lo emparentan con el ludus y, al mismo tiempo, con la meditación despreocupada y la contemplación perezosa”.
Pero Wan desborda su campo semántico al incluir el juego de los niños, las bromas, las prácticas sexuales desenvueltas, el placer de apreciar el sabor de las comidas y el gusto por coleccionar obras de arte. Según Caillois, wan también evoca “la suavidad apacible y reposada del claro de luna, el placer de un paseo en barca por un lago límpido y la contemplación prolongada de una cascada”. Así, el destino de Wan es enlazar el destino de las culturas con el de los juegos y la poesía.
Por esa misma razón, a diferencia de las actuales versiones occidentales del juego, en las obras clásicas chinas sobre el tangram todas las figuras —aun las de mayor nivel de abstracción— incluían ideogramas. Estos tenían por objeto revelar el “significado” de cada disposición. Solían estar organizadas en dos partes: una con los modelos (sin ningún tipo de “división”), la otra con las soluciones (que indicaban los modos posibles de armado). Tal el caso de Tch’i Tch’iao t’u ho-pi (323 modeloscon sus soluciones). Editado por primera vez en occidente (Leyden, Holanda, 1813), constituyó la edición clave para comprender la popularización del tangram en occidente.
[Texto de presentación del libro Gramática T’ang, editado por Flanbé-Morphia, Buenos Aires: 2011.]