La Heurística como juego. Una escena

Seminario

Oliver Jeffers

Oliver Jeffers

(...) Nuestro problema no es, simplemente, imaginar un juego escénico, sino tomar conciencia de que el hecho de diseñarlo implica siempre operar dentro de un sistema de reglas que la propia escena va a imponer. El filósofo Ludwig Wittgenstein ejemplificaba esto de manera muy transparente:

“La regla puede ser una ayuda en la enseñanza del juego. Al aprendiz se le hace saber la regla y se le hace practicar su aplicación. O bien la regla es un instrumento del propio juego. O bien no se emplea la regla ni en la enseñanza ni en el juego mismo; ni aparece tampoco en una lista de reglas. Aprendemos el juego mirando cómo juegan otros. Pero decimos que se juega de acuerdo con tales y tales reglas porque un observador puede colegir esas reglas de la práctica del juego como una ley de la naturaleza que gobierna el juego.”[1] ¿Por qué no llamaríamos arbitrarias a las reglas de la cocina.[2], y por qué nos sentimos tentados a llamar arbitrarias a las reglas de la gramática? Responde Wittgenstein: “Porque <cocina> se define por su fin, mientras que <habla> no. He aquí por qué el uso del lenguaje es en un cierto sentido autónomo, mientras que cocinar y lavar no lo son. Si al cocinar se guía usted por reglas distintas de las correctas, usted cocina mal; pero si usted sigue otras reglas que no son las del ajedrez, usted está jugando otro juego; si usted sigue reglas gramaticales distintas de tales y cuales, esto no significa que usted esté diciendo algo equivocado; no, usted está hablando de otra cosa.”[3]

Se dice: todo juego es un sistema de reglas libremente acordadas que se limita en el tiempo. Aún el juego del sueño, de la fantasía, que tantas veces parece no tener reglas.

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Hola Duncan: Soy yo, crayón rojo. Necesitamos hablar. Me haces trabajar más duro que cualquiera de tus otros crayones. Todo el año me desgasto coloreando camiones de bomberos, manzanas, fresas y cualquier cosa que sea roja.¡Trabajo hasta en vacaciones! Además tengo que dibujar todos los Santa Claus en Navidad ¡Y todos los corazones de San Valentín!¡Necesito un descanso! El más ocupado de tus amigos, Crayón Rojo

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 El Juego permite la Resonancia. Y es la Resonancia la que transforma un objeto en acontecimiento. La Escena, si es un objeto, es un objeto que debe ser jugado. La escena es el lugar en el que se juega.

[1] Wittgenstein, Ludwig. Philosophical Investigations I, § 54. London: Basil Blackwell, 1953.

[2] La actividad de cocinar ha sido comparada históricamente con la de diseñar. El diseñador y pedagogo italiano Bruno Munari, en particular, ha enfatizado esta relación en numerosas ocasiones. Ver Munari, Bruno. Diseño y comunicación visual. Barcelona: Gustavo Gili, 1983.

[3] Wittgenstein, Ludwig. Philosophische Grammatik, 184, 320. Citado en Kenny, Anthony. Wittgenstein. Madrid: Alianza editorial, 1995.

[De La Heurística como juego. Una escena, trabajo performativo presentado el II Seminario de Diseño Escénico. Curitiba, Brasil, 2017.]