“Lo que me puso en el mundo y me echará de él sólo interviene en las horas en las que estoy demasiado débil para resistirle. Anciana persona cuando nací. Joven desconocida cuándo moriré. La misma y única Caminante”. En el viaje volví a descubrir a René Char (1907-1988), uno de los más relevantes poetas franceses del siglo XX. El fragmento pertenece a Feuillets d'Hypnos, de 1946.
Intenté traducciones de otros breves textos:
“Mago de la inseguridad, el poeta no tiene más que satisfacciones adoptivas. Cenizas aún sin consumirse”.
“Lo que más importa en ciertas situaciones es dominar a tiempo la euforia.”
“Actuar primitivamente y pensar estratégicamente”.
“¿Estamos condenados a nada más que los inicios de la verdad?”
“Entre el mundo de la imaginación y yo no hay más que un espesor triste.”
Por último: Char solía comentar que un poeta tiene dos edades, una en la que la poesía lo maltrata y otra en la que se deja abrazar por ella.