Breyer

En un texto que fecha en 1967, Gastón Breyer escribe que la proposición “Yo estoy en mi sitio” debería ser enunciada como “yo soy mi sitio”. De ese modo, aclara, se eliminaría toda alusión al espacio, pues la preposición en es espacializante al ser localizadora. Está claro, dice Breyer, que “el espacio sólo se constituye y se experimenta a partir de esta proposición y, en consecuencia, no debiera estar supuesto en ella. Porque en la proposición ‘yo soy mi sitio’ hay sitio y también no sitio, o sea: sitio y separación.”

Mi pequeño libro constituye un intento de cartografiar la que fue una de las preocupaciones permanentes de Breyer —el espacio— profundizando sobre la reflexión anterior.

Breyer postula que, ya desde la infancia, es necesario dar batalla en el propio espacio. Que todo intento de abordar el problema debe suponer también la posibilidad de transformación de uno mismo a través de la artesanía de la propia labor: haciendo, pero siempre contra el simplismo de la solución efímera. Así, sostiene, “mi sitio es la posibilidad de todos los sitios concretos y pensados de todos los días de mi vida. Mi sitio es el topos primigenio, sitio anterior al espacio, sitio porque es un sitio todo lleno de mí.”